LAS TARJETAS

Las tarjetas son un medio de pago que aporta tranquilidad y comodidad. Surgieron en 1947 en un restaurante de Nueva York cuando una cliente no tenía suficiente dinero efectivo y pago con una tarjeta que ofrecía el restaurante, y se difundieron hasta la actualidad. Ahora mismo hay 8300 millones de tarjetas en el mundo y en España hay 70 millones, con esta gran cantidad de ellas se ha pensado en hacerlas de material biodegradable para no contaminar.
Antiguamente, se usaba el trueque como forma de pago pero tenía un gran problema como que no siempre se coincidían con las personas adecuadas para intercambiar porque no se coincidía en el cambio. Los productos que más se cambiaban eran: el té, la sal, la pimienta, el coco y el oro. De la sal surgió el nombre de salario.
Las tarjetas están hechas con medidas de seguridad eficaces. Como por ejemplo tener un código PIN y no tener que firmar o la inclusión de fotos a las tarjetas para evitar posibles actividades fraudulentas en caso de robo. Cuando contratamos una tarjeta es muy conveniente mirar la TAE ya que nos permite comparar con otras tarjetas al englobar todos los gastos. Es mejor comparar con la TAE que con el TIN. También es conveniente cuando contratas una tarjeta que la TAE sea baja.
Existen dos tipos de tarjetas: de crédito y de débito. Las tarjetas de débito son mejores para operaciones cotidianas ya que te lo quitan de la cuenta que la tengas vinculada, y las de crédito por si en ese momento no tienes suficiente dinero en tu cuenta y lo necesitas urgentemente. Es preferible usar el dinero en efectivo o la tarjeta de débito cuando dispones del dinero, porque si utilizas la tarjeta de crédito te van a cobrar los intereses pactados, aunque todo depende de tu situación.
Siempre deberíamos de elaborar un presupuesto para saber si nos podemos permitir las cuotas que conllevan las tarjetas de crédito; restando los ingresos menos los costes que hagamos.
Los extractos de las tarjetas dan muchísima información sobre las personas que las tienen contratadas y a eso se lo llama BIKDATA, así se dan mejor a conocer los usuarios de las tarjetas y podemos obtener información relevante sobre, por ejemplo, el tipo de personas que compran en nuestro país para adaptarnos a sus necesidades.

EL EURO

El euro es una moneda utilizada por 19 países de los 28 pertenecientes a la UE, también la utilizan 4 micro estados y 2 estados unilaterales. Esta moneda fue creada el 1 de enero de 1999. Al principio de su actividad, era virtual y cada país podía utilizar su moneda propia, pero ya el 1 de enero de 2002 se sacó como moneda física para todos los países que la quisieran.
Las monedas tienen mismo anverso (parte donde pone el número de la cantidad que a esa moneda le corresponde) pero distinto reverso (parte donde viene el símbolo del país de donde proviene); sin embargo los billetes son iguales para todos los países. Hay tres consejos que son muy óptimos para saber que los billetes que tenemos son verdaderos: tocarlos y notar lo que sobresale, mirarlos a contraluz y observar el retrato de una reina y moverlos para ver como hay detalles que cambian, como el color del número de abajo a la izquierda en el anverso. Los billetes tienen puertas y ventanas para evitar conflictos entre los países en el caso de que no se escogiesen sus monumentos emblemáticos.
Por lo que se decía que se creaba el euro era para crear enlaces entre los países que lo tuvieran y que así no hubiese conflictos y problemas entre los países más fuertes en esos momentos y así no volviesen a surgir guerras como las dos que ya habían pasado; aunque después de implantado se vio que en verdad el fin que tenía era económico, es decir, para poder comercializar libremente, mercancías que pudiesen transportarse con mayor facilidad y al igual con las personas, entre fronteras.
Para poder tener el euro como moneda había que cumplir una serie de condiciones: los precios de los productos no tenían que tener grandes desviaciones y encontrarse más o menos entre los de los países más potentes, tener estabilidad económica es decir una deuda pública baja, que la moneda en el momento previo al cambio no tuviese un valor muy bajo y que los intereses a largo plazo fuesen estables.
Aquí en España, lo que no se tuvo en cuenta fue la deuda privada y tuvo malas consecuencias debido a que al cambiar al euro las deudas de las familias, bancos, etc; incrementaron y posteriormente ocasionaría una grave crisis. Su incremento fue de un 60% aproximadamente, y eso fue un cambio notable.
Actualmente, hay 1600 millones de euros en pesetas que aún los españoles no han cambiado, pero aún estamos a tiempo de cambiarlas porque el plazo de cambio dura hasta 2021.
El euro es una moneda fuerte que equivale al 25% de las reservas de todos los países, y además es un competidor del dólar. Ocasiona equilibrio en la economía y evita la inflación; también hace que no tengamos preocupación por si perdemos valor por las cosas que vendemos ya que está aceptada en todas partes del mundo y algo muy importante es que ofrece transparencia.